Listeriosis

13/04/2018

Microorganismo: Listeria Monocytogenes
Enfermedad: Listeriosis

Este microorganismo se puede encontrar en la leche no pasteurizada, los quesos blandos, los productos de mar, los camarones cocidos.
A diferencia de otras, esta bacteria es muy resistente, ya que aguanta tanto el calor, como la sal y la acidez, y además, es capaz de sobrevivir y crecer en entornos de bajas temperaturas.

Inicio: Entre 7 y 30 días después de comer los alimentos contaminados, aunque la mayoría de los síntomas suelen aparecer de 48 a 72 horas después de la ingesta.

Síntomas: Fiebre, vómitos, dolor de cabeza y náuseas. Sus efectos afectan especialmente a mujeres embarazadas y a sus fetos, también a las personas mayores, bebés recién nacidos y pacientes que sufren inmunodeficiencia.

¿Qué es la Listeriosis?

La listeriosis es una enfermedad infecciosa ocasionada por consumir alimentos contaminados con la bacteria Listeria monocytogenes, que es un microorganismo común en el entorno y en ciertos alimentos crudos. En la mayoría de las personas, consumir alimentos que contienen esta bacteria no causa necesariamente la enfermedad. A pesar de que se trata de una afección poco común, puede llegar a ser potencialmente letal y posee una tasa elevada de mortalidad.


¿Dónde podemos encontrar la Listeria Monocytogenes?

La bacteria listeria está extendida por toda la naturaleza y se encuentra en el suelo y el agua. Numerosos animales, tanto domésticos como salvajes, son portadores del microorganismo y los alimentos crudos como frutas y verduras pueden ser fuentes de transmisión.
Entre los tipos de alimentos que contienen listeriosis encontramos la leche no pasteurizada, los quesos blandos, los embutidos, las ensaladas preparadas, la fruta precortada, las verduras crudas sin lavar, los mariscos ahumados refrigerados, los huevos, las carnes procesadas, los germinados crudos, la mayonesa, los patés y el helado, entre otros.
Por su parte, alimentos crudos de origen animal, como la carne, las aves o los mariscos pueden contener la bacteria, pero cocinarlos a una temperatura adecuada consigue eliminar los microorganismos.


¿Cuáles son los síntomas de la Listeriosis?

Los pacientes de esta enfermedad suelen experimentar síntomas como dolores musculares, fiebre, dolor de cabeza, diarrea o náuseas. En los casos más severos las reacciones pueden incluir desmayos y shock. Si la infección se extiende hasta el sistema nervioso puede llegar a provocar coma y en un tercio de estos casos ocasionar la muerte del paciente.


¿Cuál es el tratamiento médico para la infección provocada por la listeria?

El diagnóstico de listeriosis puede confirmarse mediante análisis de sangre y otras pruebas realizadas por personal médico cualificado. En función de la gravedad del caso, algunos pacientes no necesitan tratamiento, pero las infecciones más serias podrán tratarse con antibióticos.

Los pacientes con mayor riesgo ante esta infección son las personas con sistemas inmunológicos debilitados, producido por otras enfermedades como la hepatitis o el VIH, por tratamientos médicos como el del cáncer o los esteroides o por otras complicaciones de salud. Además, entre la población de riesgo también se encuentran los ancianos, los recién nacidos y las mujeres embarazadas.

Así, cuando la enfermedad se produce durante el embarazo, el tratamiento con antibióticos con frecuencia evita la infección del feto. Sin embargo, en los casos más graves, incluso con el tratamiento oportuno, la infección puede ocasionar el fallecimiento del enfermo, esto ocurre con mayor frecuencia cuando los pacientes son personas inmunodepresivas o de avanzada edad.


¿Cómo prevenir la listeriosis?

A continuación se mencionan algunas de las medidas que se pueden tomar para evitar esta infección.

  • Lavar bien las frutas y verduras antes de comerlas o cocinarlas.
  • Cocinar correctamente los alimentos para que consigan una temperatura interna segura que mate la bacteria listeria.
  • Consumir los alimentos perecederos lo antes posible.
  • Lavarse adecuadamente las manos antes, después y durante el cocinado.
  • Lavar los utensilios y los espacios de trabajo después de manipular alimentos crudos.
  • Mantener carnes, aves y mariscos crudos separados del resto de alimentos.
  • Para las personas con mayor riesgo, evitar el consumo de los alimentos que suelen contener la bacteria.
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